Además de cocinar como posesos, de vez en cuando los quotidian cooks nos enzarzamos en discusiones filosóficas … sobre las alcachofas. No hay otra verdura que nos resulte tan atractiva y a la vez enigmática. ¿Será porque en realidad es una flor? ¿O será porque es la única verdura que no tolera ser acompañada de un vino tinto?
El pintor metafísico Giorgio de Chirico, a quien va dedicada esta entrada, las pintaba en sus cuadros. Los expertos en arte han escrito páginas y más páginas sobre el simbolismo de las alcachofas de De Chirico; nosotros discrepamos: De Chirico nació en Volos, un puerto griego, de madre y padre italianos y vivió en Grecia hasta los 18 años. Nos da que las alcachofas en sus cuadros le devolvían al mediterráneo, a los sabores de un plato de alcachofas marinadas con menta, limón, aceite de oliva y ajo (la receta de hoy: Yum!).
Vamos a verlas de cerca:
Fotografía cedida por Aina Erice de su artículo: Alcachofa: Breve Monografía Gastronómico-cultural. A. Erice 2015. Publicado en el blog: Historia de la Cocina y la Gastronomía.
De cualquier forma, los quotidians no discutíamos sobre arte sino de cómo protegernos de los pesticidas, ¡ay! La alcachofa está blindada, pero, ¿habrán pasado los químicos a través de sus capas protectoras? Para salir de dudas podemos comprar alcachofas de cultivo ecológico. Pero ni es tan fácil ni siempre barato. Lo que necesitamos es una guía que nos diga qué verduras están cargadas de pesticidas para comprarlas directamente ecológicas y cuáles podemos consumir de cultivos convencionales. Y conocemos una, la famosa Dirty dozen, aunque sólo es válida para los EE.UU. Pero, ¿y en Europa?
Así que los quotidian cooks nos hemos puesto manos a la obra y vamos a elaborar una guía para Europa de productos a evitar y de productos menos cargados de pesticidas. Atentos a las próximas entradas.
¿Y mientras tanto? Pues vamos a lavarles los pesticidas a las alcachofas, ¡ah! y a las hojas de menta. ¿Y el limón? No, el limón mejor ecológico porque vamos a necesitar toda la piel. Un lavado a fondo de las alcachofas y otras verduras nos asegura quitarles hasta un 65 por ciento de muchos de los químicos adheridos por efecto de las fumigaciones. Sigue las instrucciones en nuestra receta.
Este es un plato muy sencillo de cocinar, ya que una vez preparadas las alcachofas sólo necesitamos colocar todos los ingredientes en una cazuela y cocerlas. Así:
La alcachofa es una fuente importante de vitaminas y de fibra soluble. Mira sus propiedades en detalle en este enlace. Quizá su componente más esencial es la cinarina, un potente antioxidante.
Estas alcachofas mantienen todo su sabor al que acompañan los matices de la esencia de limón y la frescura de la menta. Es un plato muy mediterráneo que solemos servir de aperitivo. La única mala noticia es que la cinarina inhibe los receptores del gusto, por lo que tras comer alcachofas, el agua y cualquier bebida parecen dulces. Lo sentimos, acompañar las alcachofas con vino tinto no es una buena idea. ¿Quizá un cava? ¿Y un manzanilla? Pero eso es otra historia.
- 12 alcachofas frescas de tamaño pequeño/mediano
- 1 limón de cultivo ecológico
- 1 diente de ajo de cultivo ecológico
- 1 rama de menta fresca (menta piperita)
- 1 chile verde o rojo (opcional)
- 100 ml. de aceite de oliva extra virgen
- Sal y pimienta
- Pelar el limón cortando la piel en una tira única.
- Preparar un bol con agua y el zumo del limón.
- Pelar las alcachofas dejando solamente los corazones y las hojas más tiernas (ver foto).
- Colocar las alcachofas y la menta en el bol y dejarlos en remojo unos 20 minutos.
- Lavar varias veces con agua fresca y secar con un centrifugador manual.
- Colocar las alcachofas panza arriba en el fondo de la cazuela (ver foto)
- Añadir sal y pimienta, el ajo, la piel de limón, la menta y el chile (si se usa) colocándolos entre las alcachofas.
- Añadir el aceite y la misma cantidad de agua hasta que las alcachofas estén cubiertas hasta la mitad.
- Tapar la cazuela y cocinar suavemente durante 15-20 minutos.
- Servir con el jugo de la cocción. ¡Los sabores forman una sinfonía espectacular!
En este caso, las vamos a remojar unos 20 minutos. De esta manera conseguimos limpiar hasta un 65 % de residuos químicos.
El chile le añade un picante muy suave y un golpe de fuerza a los sabores del plato. Es totalmente opcional si no te gusta el picante.
Puedes servirlas en caliente recién cocinadas o como aperitivo a temperatura ambiente el día siguiente. Es un bocado tierno, muy sabroso y lleno de matices frescos.
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