Hoy los quotidians os traemos un plato legendario, la Shakshuka, emblema de la cocina mediterránea oriental. La shakshuka es un plato de origen… de origen… ¿desconocido? Los quotidians hemos hecho un poco de investigación y hemos acabado mareados ya que todo el mundo se atribuye su origen: Túnez, Yemen, Israel, Argelia, Marruecos, Libia, Turquía…
La verdad es que está tan buena, es tan fácil de hacer y tiene tanta personalidad que todos quieren ser sus creadores. Nos parece una polémica sin ningún interés y nos recuerda a otras semejantes (la mayonesa, por ejemplo). En realidad, el debate revela la genialidad del plato y que ha sido perfeccionado a lo largo de varios siglos. La shakshuka es un plato tradicional de la Cocina Sefardí y viajó a través del Estrecho de Gibraltar al norte de Marruecos extendiéndose con las sucesivas migraciones de la población judía por los países mediterráneos.
El plato tiene tantas versiones como nacionalidades (y como cocineros). En Argelia y Marruecos se prepara sin huevos, en Túnez con Merguez, una salchicha muy especiada. En Libia con Gideed (carne de cordero curada). En Yemen se sirve con Zhough, la salsa verde nacional elaborada con cilantro, cardamomo y chiles verdes. En Israel se sirve muy picante y se hace con pimientos verdes y en Turquía los huevos se incorporan revueltos, en lugar de enteros.
Casi todo es posible siempre que se parta de una base de pimientos, tomates, especias y hierbas aromáticas. La shakshouka se cocina en el mismo recipiente que se sirve y los huevos se hacen al punto en pequeños nidos que hacemos en la misma salsa.
Nuestra shakshuka la aromatizamos con laurel, tomillo y cilantro, sabores frescos y alegres. Llevamos el plato a las costas africanas con comino en grano y Harissa marroquí (¡ojo con el picante!). Un homenaje a la luz intensa de las cocinas del sur del Mediterráneo.
- 4 huevos
- 2 pimientos rojos (400 gr) cortados en tiras
- 1 cebolla blanca (200 gr) cortada en Juliana
- 600 gr de tomate triturado, pasata de tomate o similar
- ½ cucharadita de semillas de comino
- 1 hoja de laurel
- 1 cucharadita de tomillo
- 1 cucharada de perejil picado
- 1 cucharada de cilantro picado
- 1 cucharada de azúcar panela o similar
- 1 cucharadita de Harissa u otro chile picante (opcional)
- sal y pimienta
- Aceite de oliva AOVE
- Tostar ligeramente el comino en el fondo de la sartén
- Añadir tres cucharadas de aceite, el tomillo, la hoja de laurel y la cebolla y saltear hasta que empiece a dorarse
- Añadir otras tres cucharas de aceite, los pimientos y el azúcar panela, y freír durante 5 minutos a fuego fuerte.
- Incorporar el cilantro y el perejil a la mezcla
- Añadir el tomate, el picante (si se usa) y cocinar a fuego lento hasta que el tomate esté hecho. Vigilar para que no quede seco, añadiendo un poco de agua y removiendo si hiciera falta. Cocinar hasta que quede una mezcla homogénea y sin agua.
- Salpimentar y rectificar al gusto.
- En la misma sartén, hacer cuatro huecos con una cuchara de madera y freír los huevos, cada uno en su hueco. Para homogeneizar el punto de cocción podemos tapar la sartén y dejarlos al gusto.
David says
Fácil y delicioso gracias hermosos
Javi says
Muchas gracias, David. Es muy reconfortante ver que probáis las recetas ¡y que os gustan!